Situada en el centro de Ginebra, “La Plaine de Plainpalais” es una extensa
explanada de forma romboidal, entre el Arve y el Ródano, los dos ríos de la
ciudad. El pasado 1 de agosto se
inauguró la segunda fase de la renovación de este gran espacio público, proyectado
por el arquitecto suizo Carlos López y equipado ahora con nuevas áreas de juego
infantil, uno de los skateparks más importantes y extensos de Europa, zonas de
petanca y los nuevos quioscos.
Se trata de un amplio espacio polivalente en el que se
realizan múltiples actividades, se montan varios mercados públicos semanalmente,
ferias, circos y cualquier tipo de manifestaciones. Para dar soporte a este
complejo lugar, que varía considerablemente según la hora del día y la época
del año, se han previsto varias zonas de quioscos prefabricados con servicios
para los usuarios.
Se han instalado seis nuevos módulos, agrupados en 3
áreas, de la empresa española de
equipamiento urbano Microarquitectura. Dos de estas áreas funcionan como bar y
la tercera da servicio a los mercados, a la brigada de mantenimiento y a los usuarios
del skatepark, que cuentan con una sala de reuniones, un taller y un espacio de
soporte para su actividad. Las tres agrupaciones
de quioscos están equipadas con aseos públicos adaptados para personas con
discapacidades físicas. El modelo escogido es el quiosco habana de
Microarquitectura, que ya había sido instalado con anterioridad en la ciudad de
Ginebra, en una intervención urbana a orillas del Lac Lemàn.
Para conseguir cierta homogeneidad del conjunto se ha optado
por una imagen similar para las tres zonas de quioscos. El material de la piel
exterior es chapa de aluminio con ondulaciones en dirección horizontal. La
intención es que tanto su color y brillo como su textura contribuyan a integrar
los módulos en el entorno sin que tengan
demasiada presencia. Los interiores están acabados con placas de hpl de
diferentes colores, según el uso de los quioscos.
Las combinaciones de
los módulos cuentan con espacios
intersticiales, que facilitan las circulaciones internas y, a su vez, generan zonas más protegidas y accesos con
mayor privacidad (como en el caso de las entradas a los aseos)
Las zonas de sombra las producen unas pérgolas habana fabricadas en estructura de acero galvanizado con emparrillados de madera de pino tratada en autoclave. Todos los elementos del conjunto son altamente resistentes a la intemperie y a los posibles actos vandálicos.
Tanto los quioscos como las pérgolas, son prefabricados y han
sido transportados desde España ya ensamblados y, una vez en el emplazamiento,
han sido combinados entre sí, reduciendo considerablemente el tiempo de instalación
y la mano de obra necesaria in situ.